El traslado de árboles en entornos urbanos plantea un desafío tanto técnico como ecológico. En el caso de la Palmera Abanico (Washingtonia robusta) reubicada el pasado 5 de octubre de 2024 en el distrito de Santiago de Surco, el proceso de adaptación ha sido clave para su conservación. Tras tres meses de monitoreo intensivo y mantenimiento especializado, el ejemplar ha logrado enraizarse y estabilizarse en su nuevo emplazamiento, asegurando su desarrollo a largo plazo.
El Reto de la Reubicación
Antes de su traslado, la palmera se encontraba en una jardinera de dimensiones reducidas, con espacio limitado para el desarrollo de su sistema radicular y con restricciones en el acceso al riego. Estas condiciones comprometían su crecimiento y la hacían vulnerable a factores ambientales adversos.

El traslado de la palmera se llevó a cabo en el marco del proyecto inmobiliario “Monteflor”, que requería la liberación del área destinada al acceso vehicular. Para garantizar el éxito del procedimiento, se implementó un plan de mantenimiento post trasplante, basado en intervenciones quincenales enfocadas en fortalecer el sistema radicular y minimizar el estrés fisiológico del ejemplar.
El Papel de la Técnica y la Experiencia en el Éxito del Trasplante
El éxito de esta reubicación no fue producto del azar, sino del trabajo meticuloso de especialistas en arboricultura que planificaron cada detalle del proceso. Se realizaron evaluaciones previas para determinar la viabilidad del traslado, analizando factores como el estado fitosanitario del ejemplar, el volumen del cepellón necesario para la conservación de las raíces y las condiciones del nuevo emplazamiento.
El equipo técnico implementó un protocolo riguroso que incluyó la preparación del sistema radicular con el uso de bioestimulantes, la aplicación de sustratos enriquecidos y un manejo preciso durante la extracción y el transporte de la palmera. La planificación detallada y la ejecución cuidadosa minimizaron los riesgos asociados a la reubicación, asegurando que la palmera pudiera adaptarse con éxito a su nuevo entorno.
Mantenimiento y Evaluación del Estado del Ejemplar
Durante el periodo de monitoreo, se realizaron aplicaciones periódicas de estimulantes radiculares y fertilizantes específicos, asegurando la disponibilidad de nutrientes esenciales. En las inspecciones realizadas, se observó un patrón de senescencia en algunas hojas, lo cual es un proceso natural en la adaptación post trasplante de palmeras. Sin embargo, la presencia de brotes nuevos y el mantenimiento del ápice vegetativo en óptimas condiciones evidenciaron un adecuado enraizamiento y estabilidad fisiológica.
Un hito relevante en este proceso fue el retiro de los tutores de soporte, realizado en enero de 2025. Esta medida se implementó tras confirmarse que la palmera había alcanzado la firmeza estructural necesaria para sostenerse sin asistencia externa, marcando la culminación de la etapa crítica de su adaptación.
Un Nuevo Entorno Óptimo para su Crecimiento
Actualmente, la palmera disfruta de un entorno mucho más favorable para su desarrollo. Su nuevo emplazamiento en un área extensa del parque le proporciona suficiente espacio para el crecimiento de sus raíces, además de acceso a un sistema de riego más eficiente y constante. Estas condiciones han facilitado su adaptación y han reducido significativamente el estrés hídrico, favoreciendo su desarrollo a largo plazo.
Conclusión
La evolución favorable del ejemplar reafirma la viabilidad de los trasplantes de especies arbóreas cuando se ejecutan con los cuidados adecuados. La combinación de un manejo técnico preciso, un programa de fertilización bien estructurado y un monitoreo constante permitió que la Palmera Abanico se estableciera exitosamente en su nuevo emplazamiento.
Para garantizar su desarrollo continuo, se recomienda mantener un régimen de riegos moderados en temporada de verano, así como realizar fertilizaciones periódicas con productos de liberación controlada. De igual manera, se sugiere realizar inspecciones ocasionales para identificar posibles signos de estrés hídrico o deficiencias nutricionales que puedan requerir intervenciones específicas.
El caso de esta palmera es un ejemplo de cómo la planificación y el seguimiento técnico pueden contribuir a la preservación del arbolado urbano, asegurando que incluso los trasplantes más desafiantes se conviertan en historias de éxito para la infraestructura verde de la ciudad.













