Los árboles son elementos naturales que conforman una parte crucial en los paisajes naturales y urbanos. En este último, se utilizan por sus múltiples beneficios ecosistémicos. Según Coder (2004), «un árbol al que se le permite ocupar un lugar y contribuir a su entorno de un modo útil, culmina en la ayuda, la protección y confort para los hombres». Es por ello que, con el propósito de que los árboles se mantengan saludables y controlados por un largo periodo de tiempo, es necesario aplicar técnicas de arboricultura, tales como la poda.
El concepto
La poda es una práctica hortícola que implica la eliminación de partes específicas de una planta, como ramas o raíces. El objetivo varía según el usuario y la necesidad, sin embargo y de manera general podemos decir que la poda busca mejorar la salud, estructura y valor estético del individuo. La poda de árboles realizada con regularidad es esencial para mantener su salud y longevidad. Por otro lado, hay varios tipos de poda que utilizan los profesionales, y cada técnica tiene un propósito específico.
Tipos de poda
El primer tipo de poda se denomina aclareo de copa. Este proceso consiste en eliminar selectivamente las ramas más pequeñas al interior de la copa para reducir su densidad. Esta técnica se utiliza para mejorar la estructura del árbol, permite una mayor entrada de luz y reduce el riesgo de que las ramas se rompan durante vientos fuertes o tormentas. El aclareo de copa promueve también la circulación del aire, lo que puede ayudar a reducir la propagación de enfermedades y plagas dentro del árbol.

El segundo tipo de poda llamado reducción de copa consiste en disminuir la altura y/o la extensión de la copa de un árbol mediante la eliminación selectiva de las ramas más grandes. Esta técnica se utiliza para reducir el volumen general de la copa, lo que permite controlar el riesgo de caída o ruptura de ramas que han crecido demasiado según su ubicación. La poda de reducción también se utiliza para mantener la separación de edificios, líneas eléctricas y otras estructuras.


El tercer tipo de poda denominado elevación de copa, es el proceso de eliminar las ramas inferiores de un árbol para crear separación entre la copa y el suelo. Esta técnica se usa comúnmente para mejorar la visibilidad, proporcionar espacio para peatones y vehículos y permitir que penetre más luz a través de los niveles más bajos de la copa del árbol. La poda de elevación de la copa eliminar las interferencias ocasionadas por las ramas más bajas que obstruyen muchas veces el tráfico o las aceras.

La poda de limpieza es el cuarto tipo y es el proceso de eliminar ramas y/o follaje muerto o seco, moribundo y enfermo de un árbol. Esta técnica es esencial para mantener la salud general de un árbol dado que dichas ramas pueden atraer plagas y enfermedades que se propagan por todo el árbol. La poda de limpieza también mejora la apariencia del árbol y reduce el riesgo de que se rompan ramas durante vientos fuertes o tormentas.



El quinto y último tipo de poda se llama formación de copa, la cual consiste en remover follaje o ramas con la intención de otorgar una forma específica al árbol. En ejemplares juveniles, la poda de formación define la estructura de acuerdo con el sistema de conducción elegido.

En conclusión, la poda de árboles es una práctica crucial que ayuda a mejorar la salud, la estructura y el valor estético de los árboles la cual está basada en objetivos específicos. Antes de podar un árbol, es importante consultar con un profesional para determinar la mejor técnica de poda a aplicar según la especie y la ubicación. Un arborista calificado puede garantizar que la poda se realice de manera segura y eficiente al mismo tiempo que minimiza el riesgo de daños a la propiedad o lesiones a personas.